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Esfuerzo, sacrificio y perseverancia, valores que manaron gracias a la educación de mis padres y al reflejo de mis abuelos, determinaron el cauce de mi vida. La piragua y las botas de montaña fueron la práctica de este aprendizaje y me descubrieron su valor, porque sólo palada a palada y paso a paso se puede alcanzar la meta y coronar la cumbre. Mi adolescencia transcurrió rodeado de buenos amigos que aún conservo y junto a los que me convertí en adulto.

Durante los años siguientes, me sumergí en mis estudios universitarios de Ingeniería Industrial. Afortunadamente los reconocimientos fueron emergiendo y, de manera imprevista, como suele ocurrir con los grandes saltos de agua, el de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson. Fue inmerso en aquella frenética monotonía cuatrimestral de estudios y exámenes cuando tuve la suerte de encontrar a la mujer más maravillosa, Cristina, mi más dulce afluente y fiel apoyo.

Rápidamente me incorporé al mundo profesional, deteniendo la carrera de profesor universitario para dirigirme a la empresa privada, donde las reuniones y los viajes hacen volar las páginas de la agenda. Siempre en busca de mis propias soluciones, no fue extraño verme envuelto en proyectos de investigación y desarrollo de producto. Y al igual que el agua siempre sigue su cauce, yo encontré tiempo para terminar mi Tesis Doctoral y para aventurarme en un exigente MBA que me ha llevado a trabajar en y por Asturias, alineando mis intereses personales y profesionales.

Y en algún impreciso momento, sin saber muy bien cuándo, la vida deja de ser un torrente que desciende caótico y ruidoso para convertirse en un río que avanza firme y caudaloso.  Ahora echo la vista atrás y observo el origen de estas aguas para saber cómo surcar los emocionantes retos que se abren al mirar al frente con ilusión.

Carlos Cuesta Requena (Avilés, Asturias, 1986), estudió Ingeniería Industrial en la Universidad de Oviedo, recibiendo, entre otros, el Premio de la asociación estadounidense IEEE al mejor expediente nacional de ingeniería. Como colofón, la Fundación María Cristina Masaveu Peterson reconoció su excelencia académica a través de la primera edición de su Beca. Posteriormente, realizó el Máster en Ingeniería Mecánica, en la misma universidad, donde comenzó a trabajar como investigador y en 2014 obtuvo el título de Doctor Ingeniero Industrial, con calificación cum laude. Culminó su vida académica en 2017 con sobresalientes resultados en el Executive MBA de la prestigiosa IESE Business School, en Barcelona.

En 2010 inició su carrera profesional en la multinacional francesa SAINT-GOBAIN (una de las 100 empresas más innovadoras) dentro del ámbito de la I+D para continuar, en 2015, dirigiendo proyectos de desarrollo de producto con clientes tan importantes como Ford Motor Company y Opel. Desde mayo de 2017 es Responsable de Planificación Industrial en Corporación Alimentaria Peñasanta, líder nacional del sector lácteo y con Central Lechera Asturiana como la marca de mejor reputación en España.