REBECA LORCA GUTIÉRREZ
Becada de Excelencia Académica de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson
Convocatorias II-III-IV (2009-2012)
Nací en Oviedo, el 25 de octubre de 1988.
Tuve una infancia feliz, en Oviedo, siempre con mis abuelos y mis padres, rodeados de familia y amigos. Comencé a explorar la vida en un ambiente privilegiado, muy estimulante, con tertulias frecuentes sobre derecho y filosofía que contribuyeron desde el primer momento a despertar una curiosidad infantil, que aún a día de hoy sigue viva. Me regalaron la posibilidad de estudiar piano, idiomas, y profundizar en mis intereses personales.
Según crecía se me presentaba un gran conflicto interno. Yo era consciente de que, pese a tener libertad para tomar mis propias decisiones, esperaban de mí la tercera generación de juristas. No pude evitar, sin embargo, seguir mi vocación de médico, presente en mi vida desde el primer recuerdo.
El prematuro fallecimiento de mi padre tras una larga lucha no desvió mi orientación académica, mi pasión por todo el mundo de la medicina. Las experiencias compartidas me hicieron apreciar más todavía esos milagros de la vida diaria que procuramos no dar por supuestos, y admirar profundamente a mi madre, en particular su fortaleza aún en las circunstancias más adversas. De mi padre, fiscal de profesión, conservo un indeleble legado moral, el entusiasmo por el trabajo y la convicción de que con esfuerzo perseverante es posible superar cualquier limitación personal.
Alcancé la mayoría de edad ya como estudiante universitaria. La difícil entrada en la Facultad de Medicina de Oviedo supuso el primer escalón para alcanzar mi gran sueño.
La etapa universitaria ha sido intensa y enriquecedora en campos muy diversos, más allá de lo estrictamente académico, gracias al inestimable apoyo de la Fundación Mª Cristina Masaveu Peterson. Encontré un referente vital inigualable, el Dr. Carlos López Otín, que me demuestra cada día una calidad humana aún más admirable que sus extraordinarios logros científicos. También me llevo un sinfín de vivencias personales y, sobre todo, compartidas con un grupo de amigas que hoy son para mí parte de mi familia, ésa que adquirimos a lo largo de la vida.
Como colofón al periodo estudiantil, viene el examen MIR. Tras profundas dudas sobre la elección de especialidad, comienzo ahora Cardiología, cargada de ilusión y sintiéndome afortunada por haber podido elegir lo que quería, aquí, en mi querido Principado, en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).
Pronto cumpliré 25 años. Soy consciente de que aún está casi todo por hacer y, sin embargo, percibo que mi “mochila vital”, ésa que todos llevamos a la espalda nos guste o no, ya está muy cargada. Lo que más espacio ocupa, con diferencia, es el agradecimiento: gratitud a la vida, con sus alegrías y sus penas; gratitud a los más cercanos; gratitud a todos aquéllos que han contribuido de muchas maneras, tantas veces sin darse cuenta ni importancia, a mi crecimiento personal y profesional. Más que pesarme, esta carga me estimula. Asumo el complejísimo reto de intentar no defraudarles.
PERFIL PROFESIONAL
Rebeca Lorca Gutiérrez (Oviedo, Asturias, 1988). Matrícula de Honor en Estudios de Bachillerato. Licenciada en Medicina por la Universidad de Oviedo con 33 Matrículas de Honor. Premio Profesor Antonio Pérez Casas, al mejor expediente en Ciencias Morfológicas, promoción 2006-2012 en la Licenciatura de Medicina. Premio Fin de Carrera Severo Ochoa en la Licenciatura en Medicina. En la actualidad, es médico especialista en cardiología en la Unidad de Miocardiopatías Familiares del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid