Calder, Alexander
(Lawnton, Pensilvania, 1898-Nueva York, 1976)
Alexander Calder es una figura fundamental en la renovación de la escultura del siglo XX.
Calder procede de una familia de escultores, y su vocación, alentada por el ambiente familiar, se mostró de manera precoz, ya desde niño. Estudia sin embargo ingeniería mecánica en el Stevens Institute of Technology, pero en seguida deriva de nuevo hacia el arte. Así, en 1923 se traslada a Nueva York, donde forma parte de la Liga de Estudiantes de Arte, y en 1926 a París, donde conoce a Fernand Léger (1881-1955), Marcel Duchamp (1887-1968) y Joan Miró (1893-1983), este último con quien entablará una larga amistad. En París comienza a crear figuras de animales de madera y alambre, al modo de los «dibujos en el espacio» de Julio González (1876-1942), que serán el germen de su célebre Circo. En octubre de 1930, tras visitar el estudio de Piet Mondrian (1872-1944), abraza la abstracción y avanza también en la investigación del movimiento en la escultura. Se incorpora al grupo Abstraction-Création, creado por Mondrian y, en 1931 crea sus primeras esculturas móviles con pequeños motores eléctricos, los cuales eliminará más tarde de sus creaciones. En 1932 expone sus primeros «móviles» (mobiles –según denominación dada por Marcel Duchamp-), estructuras de formas orgánicas abstractas que se balancean de forma suave y armónica, buscando la interacción con la luz, el espacio circundante y las sombras proyectadas. Frente a estos, se encuentran sus «estables» (stabiles –según la denominación acuñada por Jean Arp [1886-1966]-), piezas en este caso sin movimiento. A partir de los años cuarenta, ya establecido en Estados Unidos, construye esculturas monumentales en chapa de acero para numerosas colecciones y lugares públicos. Además de dedicarse a la escultura, a lo largo de su exitosa y prolífica trayectoria realiza también numerosas joyas, utensilios domésticos, juguetes artísticos, tapices, escenografías teatrales e incluso ilustra libros.