RUINAS DEL MONASTERIO DE SANTA OLAJA DE ESLONZA
MECENAZGO Y FINANCIACIÓN DEL PROYECTO DE ESTUDIO CIENTÍFICO, HISTÓRICO Y ARQUEOLÓGICO DE LAS RUINAS DEL MONASTERIO DE SANTA OLAJA DE ESLONZA
Desde el compromiso adquirido con la Conservación y Recuperación del Patrimonio Histórico Español, la Fundación María Cristina Masaveu Peterson asume el Mecenazgo y financiación del Proyecto de Estudio Científico, Histórico y arqueológico de las ruinas del Monasterio de Santa Olaja de Eslonza (León), que en la actualidad corresponden a parte de los muros, trazas de las bóveda y arranques de los arcos.
El Proyecto, que incluye el vallado y adecuada señalización del Monasterio de cara a su futura conservación, recoge las siguientes actuaciones:
– Vallado y señalización de las ruinas. Proyecto técnico de seguridad.
– Beca para el análisis, recopilación y estudio de la Historia del edificio.
– Beca para la recreación histórica de las diferentes fases en el tiempo, desarrollo gráfico de planos y realidades virtuales (infografías en 3D).
– Planificación del estudio arqueológico de las ruinas y su posible aprovechamiento cultural tras su consolidación en un futuro.
MONASTERIO DE SANTA OLAJA DE ESLONZA
Santa Olaja de Eslonza, Gradefes, León (CASTILLA Y LÉÓN, ESPAÑA)
(BIC) BIEN DE INTERÉS CULTURAL · CATEGORÍA DE MONUMENTO. 4.401 M2
El Monasterio de San Pedro de Eslonza es un antiguo cenobio benedictino situado entre los ríos Esla y Porma, en su momento segundo monasterio más importante de la provincia, después del de San Benito de Sahagún, y que se encuentra hoy en avanzado estado de deterioro.
En sus ruinas se intuye aún el pasado esplendor de este monasterio en el que se diferencian: la importante iglesia románica del XII, un claustro plateresco del siglo XVI, y un conjunto de tres fachadas barrocas en su exterior, refectorio, cocina, nevera, almacén, fuente de agua canalizada y desaladero del pescado, entre otras dependencias que muestran los restos de un gran edificio. Sólo quedan las fachadas del siglo XVIII, trasladadas a la ciudad de León, donde presiden hoy la iglesia de Santa María de Renueva y un sin fin de obras menores, pero de gran calidad, diseminadas por los pueblos de la zona.
Cabe resaltar la presencia en el Monasterio de dos de los prestigiosos ilustrados españoles y de marcada vinculación con Asturias, Gaspar Melchor de Jovellanos en 1.795, que ejerció durante algún tiempo el cargo de pasante en San Pedro de Eslonza, y el Padre Benito Jerónimo Feijoo.
HISTORIA
El Monasterio fue fundado en el año 912 por el rey García I de León y destruido por Almanzor en 988. Reedificado por la Infanta Urraca de Zamora, hija de Fernando I el Magno, en el año 1099.
Doña Urraca aparece como su primera benefactora, que convertida en 1109 en Reina de Galicia, de León y de Castilla, daría al Monasterio de Eslonza numerosas donaciones, como posteriormente haría Alfonso VII, que también le otorgó el realengo del valle de Eslonza en 1142. La primera advocación del cenobio, dedicado a Santa Eulalia y a San Vicente Levita, fue cambiada por la de San Pedro apóstol y San Pablo.
En el siglo XVI, debido a su deterioro, se llevó a cabo una gran reforma del edificio que dotó al convento de tres portadas renacentistas y un amplio claustro. La reconstrucción fue llevada a cabo por Juan de Badajoz «El Mozo», sucedido por Juan López de Rojas y Juan del Ribero, a los que se les atribuye la obra del claustro. La iglesia fue terminada por Fray Pedro Martínez de Cardeña, arquitecto benedictino; y consagrada en 1719. La gran fachada principal, en estilo barroco, albergaba en sus hornacinas inferiores imágenes de San Adrián y Santa Natalia, y en las superiores de San Bernardo y San Benito en torno a una imagen de San Pedro sedente y con tiara papal. Las obras se prolongaron hasta el siglo XVIII.
La desamortización de Mendizábal del año 1836 asestó un duro golpe a la vida del Monasterio de Eslonza. Fue vendido en pública subasta por 40.000 reales, pasó de mano en mano y vendido pieza a pieza, sufrió saqueos constantes que conllevó la pérdida de su patrimonio artístico.
En 1931 fue declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional.
La preservación de los restos supervivientes fue posible gracias a Don Luis Almarcha Hernández, obispo de León entre 1944 y 1970, quien a mediados del siglo XX promovió la edificación de la Iglesia de San Juan y San Pedro de Renueva en la capital. Las portadas del Monasterio de Eslonza y otros elementos fueron integrados en la nueva construcción, salvándose así de una inexorable destrucción. La advocación del nuevo templo aunaría la de San Juan por la vieja iglesia parroquial situada en Renueva y de San Pedro por el antiguo cenobio benedictino de Eslonza.