Esta pieza, que se expuso en 2018 en “Todo es mucho”, individual del artista en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga, pertenece a su serie de “pinturas lavadas”, en las que la obra se construye a través de la eliminación de materia con chorros de agua a presión, que borran y transforman la imagen inicial para dejar ver el soporte, en este caso, una tela de lino compuesta por varias partes unidas entre sí. A través de este procedimiento se combinan poéticamente caos y estructura, generando una composición equilibrada y, en buena medida, geométrica, que evoca la imagen de paredes erosionadas por el clima o con carteles pegados y semi arrancados.

Fue adquirida por la Fundación María Cristina Masaveu Peterson en el stand de la Galería Ehrhardt en ARCO 2019.